domingo, 18 de diciembre de 2016

Educar en valores mediante el APRENDIZAJE-SERVICIO

En este escenario educativo nos proponemos presentar el aprendizaje-servicio como una metodología que une la teoría con la práctica, que ofrece la oportunidad de vivir los valores desde los que se construye la persona haciendo un servicio a la comunidad, a la vez que se aprenden los contenidos teóricos de la formación. 

El aprendizaje-servicio es una propuesta educativa que vincula el aprendizaje de conocimientos y valores con la participación en servicios para mejorar las necesidades de una comunidad. Consiste en poner al alumnado frente a las necesidades reales de una comunidad o un grupo de riesgo, con el fin de que prestándoles un servicio y mejorando sus condiciones de vida, construyan sus aprendizajes teóricos. Participar en la comunidad es una experiencia formativa irrenunciable para la educación en valores.

Con esta estrategia educativa se pretende desarrollar en los alumnos las competencias de conocerse a sí mismo, sus limitaciones, necesidades y capacidades, para que una vez conscientes de estas, las pongan al servicio de los demás. También se persigue reconocer al otro como persona diferenciada, con necesidades que cubrir y aptitudes que desplegar. Es importante destacar que el aprendizaje-servicio fomenta el compromiso con el otro, humaniza a los grupos que intervienen en el proyecto, los compromete, favorece el conocimiento mutuo y la empatía. 

El desarrollo personal y el progreso social van unidos al desarrollo de sociedades más justas y solidarias. Por otra parte, es necesario establecer contextos de aprendizaje en los que se pongan en práctica habilidades comunicativas capaces de regular la participación en debates, en proyectos solidarios en los que los participantes se impliquen formando parte e interviniendo en ellos. 

El aprendizaje-servicio se caracteriza por su carácter interdisciplinar y la necesidad de trabajar en equipo para compartir conocimientos y habilidades, repartir responsabilidades y actuar según un objetivo común, a la vez que se desarrollan capacidades de diálogo, organización, toma de decisiones y regulación de la conducta personal y del propio grupo.

Todas las actividades que se realizan durante esta propuesta pretenden desarrollar un proyecto común que solo es posible si se aportan características individuales como respeto, conocimiento mutuo, voluntad de trabajar juntos, encontrarse a gusto desarrollando el proyecto, iniciativa personal y autonomía. 

Existen unas condiciones pedagógicas que dirigen las actividades que integran los proyectos de aprendizaje-servicio: 

  • Aprender a partir de la experiencia. Se aprende sobre necesidades reales, sobre contextos definidos que hay que mejorar. 
  • Aprender de manera cooperativa. En el aprendizaje-servicio se pueden abordar retos en grupo que no podrían hacerse de forma individual. También se establecen relaciones sociales no solo entre los miembros de los grupos, sino también entre los demás miembros de la comunidad implicados en el proyecto. 
  • Aprender reflexionando sobre la acción. Es fundamental tener espacios de reflexión sobre lo que se está haciendo, para que las vivencias se interioricen y se lleven a cabo aprendizajes significativos. Se inicia con la detección de necesidades y continúa con las reflexiones sobre los resultados, con el objetivo de mejorarlas próximas intervenciones.
  • Aprender con la ayuda de los adultos. Los adultos pasan a ser acompañantes y guías que dinamizan el proceso animando a la participación, organizan, cuestionan, motivan. El aprendizaje es bidireccional.

Antes, durante y después del proceso de elaboración y puesta en práctica del proyecto de aprendizaje-servicio, se aprende la generosidad, el esfuerzo, el espíritu de superación, la responsabilidad, el respeto, la solidaridad, la tolerancia positiva, la racionalidad y la espiritualidad.

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